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martes, 9 de julio de 2013

continuación


Tras unos pocos minutos estaba ha unas calles de mi casa, (vivo con mi madre ella y yo somos muy unido y es una de las pocas persona con las que hablo regularmente. mis padres se divorciaron hace unos años, nunca me hizo daño su separación, solo un día me dijeron - hijo no vamos a seguir viviendo juntos- solo eso al principio no lo entendía pero al final lo entiendo lo mas extraño es que ni llore ni nada solo me quede ahí y asentí como si fuera una respuesta mecánica. ella siempre esta ahí para mi, en el momento en que murió mi abuela o cuando me maltrataban  en el colegio ella estaba ahi como un madero en el mar para un naufrago, para mi madre significaba eso "salvación, esperanza, sueños")

cuando entre en mi calle.  la común escena de todos los días se hizo presente,los jardines de los demás vecinos  llenos de hojas porque no tenían quien las recogiera, el munstag del 59 del señor harry hecho todo un desastre (tenia los neumáticos desinflados y ahora es color oxido rojizo, nada comparado con el rojo sangre que poseía en su años mozos.) . vivíamos  barrio para ancianos retirados  del ejercito. Que asemos aquí ni la menor idea, fue día de mi madre ella  dice que es mas seguro y que así evitaría malas compañías -como si quiera tuviera amigos- así que no mudamos aquí cuando tenia 10 años.

 mi casa era de un blanco hueso con una larga entrada en piedra y un jardín lleno de rosas y claveles                       -herencia que me dejo mi abuela- al llegar al puerta encontre una nota de mi madre que decía

-HIJO TUVE QUE SALIR A TRABAJAR.
LO SIENTO MUCHO NO TUVE OPCIÓN.

 DEJE TUS LLAVES EN LA 
PASTELERÍA DE LA SEÑORA MAXWELL,


                                                                            PDT: DEJO PAGO  UN PASTEL 

la señora Maxwell era una anciana de unos 90 tantos años que fue esposa de un comandante de la segunda guerra mundial. lo cual la hacia poseedora de increíbles historia y por lo tanto de mi atención, era la dueña de cake wars   la mejor pastelería de todo el mundo sin mentir -esa mujer hace los mejores brownies del mundo-

-bueno mejor me pongo en marcha- le dije ala nada

camine en silencio hasta la pastelería que esta a dos calles de mi casa, cuando el reloj de la iglesia hizo sonar  la 6:00 - genial en 45 minutos es mi cumpleaños y voy ha estar solo, -¿seguro que estaras solo?- pregunto una voz en mi cabeza me gire inmediatamente para ver si allí estaba mi loba blanca pero no, solo casas, pero esta voz me recordó algo

-vuelve cuando tengas 17- cuan exacto era volver a mis 17 años...¡cuando los cumpliera!

me dijo la razón o tal vez era el corazón. no lo se tal vez estoy loco o quizás peor ¡estoy enamorado!


comencé  a correr para llegar lo mas rápido posible a la pastelería por mis llaves, en la puerta se encontraba las señora Maxwell.

-oye hijo ten calma, sabes que el local no se ira a ningún lado-  dije la señora maxwell con ese tono de burla que la hacia para ser menor de sus 90

-señorita maxwell mi mama dejo una llaves con usted-

-si hijo y deja de llamarme señora solo dime maxwell o rita me hace sentir menos vieja-

- por favor me las entregaría-acto seguido saco una llave color plata de su delantal y dijo

-ten, por cierto tu mama te dejo un pastel te lo comerás-

-no señora, tengo prisa- he inmediatamente me dirigí a mi casa corriendo tan rápido como podía -porque dos calles en este momento parecen tal largas como el gran cañon- me preguntaba ala vez que seguí recordando la melodiosa voz de mi loba.

llegue a casa, cerré de un portazo y subí directo a mi cuarto por mi brújula y una linterna -nunca se sabe- baje las escaleras de  a dos escalones y salí por la puerta trasera hacia el bosque.


El bosque todavía tenia un poco de visibilidad, las sombras que se dibujaban a lo largo de este le daban un toque tétrico, lo cual me hizo correr mas a prisa al llegar ala orilla mire mi reloj 6:42. tenia 3 minutos para llegar y todavía me faltan 5 minutos de caminata, en ese momento solo quería llegar allí y sentarme al lado de mi loba. así que corrí no me importaba que me cansara me cayera o me lastimara solo saber que mi loba me esperaba me daba la energía que yo necesitaba. después de unos breves segundo escuche el agua canturrear como si cayera estaba cerca de la cascada  y en unos pasos mas estuve ahí, pero me lleve una gran sorpresa de lo que vi

en la mitad del rio sentada sobre una piedra se encontraba una mujer totalmente desnuda tarareando algo en otro idioma. segui avanzando temoroso de realizar cualquier ruido, de repente ella se volteo me miro fijamente y me dijo.

-volviste- me dijo con la misma dulce voz de mi loba

yo no sabia que hacer, solo sabia una cosa...

que en frente de mi se encontraba una DIOSA



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